Hablar del papel que juega el docente en nuestros tiempos y en la historia misma de la humanidad y de nuestro México, es sin duda hablar de un mediador fundamental que trasciende en la dinámica de nuestra sociedad y al mismo tiempo es revolucionario de vidas y mentes.
Mi práctica docente comenzó de manera formal hace tres años por invitación del director de CECYTE plantel el florido donde hoy laboro, aunque siempre he estado ligado al trabajo con grupos. Al año de estar como docente se me invita a incorporarme como coordinador académico y hasta la fecha es la labor que desempeño.
Hoy me siento contento por la labor que desempeño, pero con esto no quiere decir que me sienta satisfecho, pues se que falta mucho camino por recorrer, se que tenemos que repensar día a día nuestra labor pues de ella dependerá la transformación de una sociedad más justa.
El papel del docente conlleva un compromiso que debo asumir no solo en el salón de clases, sino en el contexto mismo de mi vida, no puedo decir que soy un buen maestro cuando formo alumnos en lo cognoscitivo y en lo moral y al mismo tiempo no práctico lo que estoy enseñando.
Hoy en día debemos ser docentes que respondan a las expectativas de nuestros tiempos, no podemos seguir practicando y experimentando con paradigmas caducos que solo nos llevan a ser repetitivos y olvidamos por completo la parte de la investigación en una labor que solo nosotros conocemos, pues solo nosotros estamos en el campo de batalla enfrentándonos a las experiencias que día con día están viviendo nuestros educandos y que en algunas ocasiones la imágen del maestro deja mucho que desear según la percepción de la sociedad.
Es por eso que debemos de tomarnos más en serio la labor que desempeñamos, debemos como menciona Pedro Ortega en su paradigma de la alteridad Ver al otro como un sujeto que esta deseoso de que le enseñemos, que es un sujeto pensante y que siente, no es uno más en la lista, no es sólo un numero de matricula, sino es una persona que viene a aprender pese a un mundo de problemas que trae desde su casa, en la cual podría haber violencia, drogas, abusos y a nosotros solo nos importa que saque un diez de calificación y nunca se nos pasa por la mente preguntarle si ya comió o cómo esta.
Estoy seguro que esta experiencia académica que hoy comienza nos dejará resultados satisfactorios, pues el simple hecho de compartir nuestras experiencias nos ayudará en el aprendizaje colaborativo y a sacar provecho de nuestra práctica docente.
En horabuena y saludos a todos desde una frontera muy golpeada pero a la vez muy generosa pues recibe a todos con los brazos abiertos….
Su compañero Baldemar Solorio Virrueta.
Mi práctica docente comenzó de manera formal hace tres años por invitación del director de CECYTE plantel el florido donde hoy laboro, aunque siempre he estado ligado al trabajo con grupos. Al año de estar como docente se me invita a incorporarme como coordinador académico y hasta la fecha es la labor que desempeño.
Hoy me siento contento por la labor que desempeño, pero con esto no quiere decir que me sienta satisfecho, pues se que falta mucho camino por recorrer, se que tenemos que repensar día a día nuestra labor pues de ella dependerá la transformación de una sociedad más justa.
El papel del docente conlleva un compromiso que debo asumir no solo en el salón de clases, sino en el contexto mismo de mi vida, no puedo decir que soy un buen maestro cuando formo alumnos en lo cognoscitivo y en lo moral y al mismo tiempo no práctico lo que estoy enseñando.
Hoy en día debemos ser docentes que respondan a las expectativas de nuestros tiempos, no podemos seguir practicando y experimentando con paradigmas caducos que solo nos llevan a ser repetitivos y olvidamos por completo la parte de la investigación en una labor que solo nosotros conocemos, pues solo nosotros estamos en el campo de batalla enfrentándonos a las experiencias que día con día están viviendo nuestros educandos y que en algunas ocasiones la imágen del maestro deja mucho que desear según la percepción de la sociedad.
Es por eso que debemos de tomarnos más en serio la labor que desempeñamos, debemos como menciona Pedro Ortega en su paradigma de la alteridad Ver al otro como un sujeto que esta deseoso de que le enseñemos, que es un sujeto pensante y que siente, no es uno más en la lista, no es sólo un numero de matricula, sino es una persona que viene a aprender pese a un mundo de problemas que trae desde su casa, en la cual podría haber violencia, drogas, abusos y a nosotros solo nos importa que saque un diez de calificación y nunca se nos pasa por la mente preguntarle si ya comió o cómo esta.
Estoy seguro que esta experiencia académica que hoy comienza nos dejará resultados satisfactorios, pues el simple hecho de compartir nuestras experiencias nos ayudará en el aprendizaje colaborativo y a sacar provecho de nuestra práctica docente.
En horabuena y saludos a todos desde una frontera muy golpeada pero a la vez muy generosa pues recibe a todos con los brazos abiertos….
Su compañero Baldemar Solorio Virrueta.
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